Reseña Histórica del Hostal

A comienzos de la década del 70 desde la Municipalidad de Concordia se impulsa la creación de un local a orillas del río Uruguay, en el predio del entonces Parque Rivadavia, hoy Parque San Carlos.

Fue entonces que Ignacio Lapiduz, empresario gastronómico de la ciudad, presentó un proyecto para transformar ese lugar en una confitería, salón de té y a la noche, boliche bailable. La idea avanzó y en julio de 1971 se inaugura el Hostal del Río.

Con el paso de los años fue tal su consolidación que llegó a ser uno de los tres boliches más importantes del país. Fue tapa de la Revista Gente y por él pasaron figuras como Héctor Caballero y Susana Giménez, la modelo “Chunchuna” Villafañe, Carlos Monzón o músicos de la talla de Los Plateros, Piero o el Trío Galleta.

El sitio era elegido por la plana política también. El ex gobernador Enrique Tomás Cresto era uno de los que elegía al Hostal del Río como sitio de recepción a funcionarios nacionales o figuras políticas que llegaban a la ciudad.

“Hostal fue como una cédula de identidad de la ciudad de Concordia” remarca hoy Ignacio Lapíduz, primer concesionario del local que permanecía abierto de martes a domingos, siempre con grandes convocatorias.

En la década del 80 fue afectado por un incendio, el cuál produjo serios daños pero no significó  un obstáculo para quiénes asistían al lugar ya que para fines de año, como ya era tradicional, las fiestas se recibían en el Hostal, de manera improvisada pero con el entusiasmo de salir adelante a pesar de las circunstancias.

Pasaron los años y con ellos, además de haber estado un tiempo con las puertas cerradas, llegaron las modificaciones necesarias por cuestiones de seguridad como fue el quitar el mítico techo de paja y acondicionar el lugar de acuerdo a las normativas vigentes.

La primera década y media del año 2000 trajo consigo las últimas noches en el Hostal, un espacio tan emblemático que a pesar de haber sido concesionado en diferentes oportunidades, nunca perdió su nombre: “Hostal del Río”, una marca registrada.

“Hostal era tan lindo de día como de noche, por su decoración y ambientación, era espectacular” recuerda Lapiduz a más de 40 años de aquella primera noche.

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